El escenario que nos presenta la vida de Héctor Delgado Román (alias el Father) es muy interesante, un hombre que luchó intensamente por sus sueños hasta lograrlos, que vivió intensamente tantos momentos llenos de esplendor pero, expresado por el mismo, los momentos de soledad, necesidad y vacío también eran intensos, profundos y cada vez más seguidos.
En esta situación podríamos preguntarnos, ¿Vale la pena el éxito cuando viene seguido de la soledad, la necesidad y el vacío? Podrían decir que estoy siendo extremista ya que es sabido por todos que cada logro en la vida viene acompañado de una cuota de sacrificio, mientras más quieras surgir mas tienes que esforzarte y luchar. Esto es cierto, pero ¿Qué pasa cuando la lucha te deja solo, el esfuerzo te deja necesitado y el sacrificio roba tanto de ti que te ha dejado vacío?
Quiero hacer énfasis en estos tres puntos; estar solo no significa estar sin compañía, estoy solo cuando me encuentro rodeado de gente que no sabe quién soy. Siempre que ponga una careta o camuflaje sobre el que verdaderamente soy, estoy solo. Estoy aislado. Observo a la gente a través de un vidrio debido a que, verdaderamente, no me conocen.
La necesidad significa quedarse sin recursos cuando es más apremiante nuestra actuación, puedes tener mucho pero si en ese momento decisivo no tienes como responder, puedes ir haciéndote el cartelito de "NECESITADO"; cuando llega la enfermedad y te quedas sin esperanzas, entonces eres un necesitado; cuando quieres amor de tus hijos pero te ven con miedo, eres un necesitado; cuando el último logro que alcanzaste o la última acción del súper hombre que hay en ti te alejó de las personas que más te valoran en la vida, entonces eres un necesitado.
Unido a la necesidad y a la soledad viene galopante el personaje vacío; este aparece cuando has sacrificado tu esencia para triunfar y ya ni tu mismo sabes quien eres, has perdido lo mejor de ti por ganar otras cosas menos importantes y al espejo, cada mañana, te sonríe un extraño. Es en este punto donde la pregunta correcta que deberías hacerte es ¿Vale la pena seguir por ese camino? Rotundamente no. Muchos hombres hoy en día tienen esta misma incógnita porque nos hemos guiado por la voz de la mayoría, por el eco de la sociedad, pensamos que somos muy originales siendo nosotros mismos pero resulta que hacemos lo que otras personas nos han dicho que hagamos, hemos echado a correr por el sendero que nos señaló otro y luego decimos con la boca bien abierta ¡Yo soy como soy! ¡Déjame ser! y es que no estamos comportándonos como hombres sino como un títere o morioneta de esas que venden en las tiendas de muñecos.
Sé que son fuertes las palabras pero no estoy hablando solo por mí, hay alguien más que está interesado en que encontremos de una vez la senda a casa y enfoquemos toda la energía y vitalidad en caminar sobre la ruta hecha a la medida de nuestros pies.
Dios hace mas de 4000 años le hizo una pregunta al padre de las doce tribus de Israel, ¿Cual es tu nombre? y este respondió Jacob, es curioso porque el significado de este nombre es suplantador, tramposo, estafador. Toda la vida lo habían llamado de esa forma, ¡Estafador ven acá!, ¡Tramposo la mesa está servida!, ¡Timador ve y bota la basura!, es triste porque el se definió como la gente le decían, su contesta fue ¡Yo soy lo que las personas dicen que soy! Si hoy Dios le hiciera la misma pregunta que respondería, ¿Cuál es su nombre? ¿Quién eres tú? Dejando de lado a la gente, su imagen, su vestimenta, su automóvil, su casa y todo lo que posee, ¿quien es usted? ¿Cuál es su nombre cuando nadie está a su alrededor, cuando está solo? Acuérdese usted no es lo que otros dicen que es.
¿Sabe que hizo Dios con Jacob? Le cambió el nombre y le puso Israel, que en hebreo significa “quien regirá como Dios” y que se deriva de otra palabra significando “tiene poder (como un príncipe)”. Eso mismo hace Dios con usted, no lo llama como lo llamaría otra persona, porque usted es más que su pasado. Más que su cuenta bancaria. Más que sus circunstancias. Más que sus finanzas. Usted es lo que Dios dice que es, su identidad está en Dios, así como Adán fue solamente un jarrón de arcilla hasta que Dios sopló en él. Dios sopló en usted y le dio la vida ¿Que está haciendo con ese regalo? Hoy usted está vivo y leyendo esto porque necesita saberlo, no es haitiano, ni chileno, ni chino, está vivo porque el Señor le ha guardado la vida para que pueda entender esta verdad, no será el mismo después de hoy, si decides hacer caso omiso a estas palabras no tendrás excusa luego. Eres un príncipe, y todo el infierno te teme. El enemigo sabe lo que puedes llegar a ser y desea destruirte antes que te conviertas en lo que Dios dice que serás. Eres un hijo del rey y tu padre es el Rey de reyes y Señor de los Señores.
Declare para comenzar: “No se cómo, pero saldré de ésta. Soy un príncipe de Dios. Denme a mis hijos. Devuélvanme mi matrimonio. Si enfrenta cada debilidad, Dios lo librará. Si enfrenta su pasado porque desea su futuro ¡Dios abrirá las ventanas de los cielos y derramará bendiciones hasta que sobreabunde!
Vale la pena seguir luchando pero por nuestro destino real. No siga buscando en otra parte su identidad, es Dios quien la tiene, Dios es su arquitecto y creador, el tiene los planos para lo que usted esta hecho, vaya y búsquelo, desarrolle día tras día una relación íntima con Él y verá que comenzara a vivir la vida para la cual fue diseñado desde antes de la fundación del mundo.
Excelente mensaje!!
ResponderEliminarIncluyendome en ese grupo real como princesa de Dios, no le voy a permitir a ningún diablo que me robe lo que mi Padre el Rey tiene para mí!
Tengo todas las fuerzas del infierno en contra, pero los Ejércitos celestiales del Dios Vivo estan de mi lado!!