Nosotras que por naturaleza estamos catalogadas como parlanchinas por definición. Tipificadas como la maquina humana de hacer palabras, como una regadera de ideas en sucesión, nosotras hablamos y hablamos tengamos la edad que tengamos, nuestra predisposición natural es hablar sin parar.
Con toda responsabilidad, hoy quiero invitar a las mujeres a que sigan hablando. Si, así mismo, no están leyendo mal, amigas, hermanas, mujeres de Dios, no se callen hablen y háganlo con autoridad. Por lo que quiero advertirte ten cuidado con las cosas que escuchas, que ves y que haces. Cuidado en que inviertes tu tiempo, a que te dedicas en tus ratos libres, en que te deleitas y en lo que consigues satisfacción. Se selectiva de las cosas que ingieres en el espíritu, recuerda hay muchos factores contaminantes a tu alrededor, factores que determinan tu figura espiritual, que merman tu santidad y a la hora de hablar, finalmente solo hablaras vanidad.
Si quieres has un experimento, eventualmente tomate un tiempo y observa a las mujeres que están a tu alrededor. Fíjate cuando vas a la peluquería por ejemplo, siempre encontramos allí esas revistas básicas y elementales que giran en torno a ideas que no le aportan nada a tu santidad. Entras allí y mientras esperas o te atienden, a los pocos minutos comienzas a pasar las hojas y empiezas a ingerir temas como: "Ritos para aumentar tu capacidad sexual", "Las 10 cosas más buscadas en una mujer", "La dieta perfecta", "Como amarrar a un hombre según tu signo", "Afrodisiacos en carnaval", "Tendencias de moda para estas vacaciones", "Trucos de la eterna juventud", "Edad sin arrugas" y "Cero celulitis para hoy".
Y si hablamos de los programas de Televisión. Encontramos esas producciones que nos entrenan para el chisme y la contienda, para la pereza y la descomposición matrimonial. Y ni hablar de los hoy tan populares Reality Shows, esos personajes que se desarrollan viviendo la vida que otros les editan, que pasan los días tras las críticas y las falsas apreciaciones de los demás.
Mujer tú fuiste pensada para algo diferente, para cosas extraordinarias. Amiga mía, temas y escenarios como estos no te bendicen y por ende no te servirán al momento que desees bendecir a los demás. Cuando te invito a hablar, cuando te insto a que no permitas quedarte callada, me refiero a que lo hagas pero con el único propósito de bendecir, de que puedas levantarte sobre las circunstancias y derrames la bendición de Dios que mora en ti, que así suceda en donde estés y a donde vayas. Si sientes temor por no saber que decir en un momento dado, recuerda la palabra que el Señor nos dio en el Salmo 81:10, "abre tu boca y yo la llenare".
Las mujeres tenemos autoridad dada por Dios para bendecir, para edificar, para restaurar, tenemos esa naturaleza materna de acunar en nuestros brazos espirituales a todo aquel que necesite una palabra de aliento y de fortaleza sea cual sea la situación. Dice la Palabra del Señor que de tu ser corren Ríos de agua viva (Juan 7:38), deja fluir esos ríos de Dios en ti y que salpiquen a otros. Como mujeres tenemos la facilidad de comunicar hasta dormidas, hablamos como respiramos, a cada rato y hasta sin darnos cuenta. Sin embrago debemos entrenarnos en no hablar cualquier cosa, sino en hablar bendición; recuerda que el poder de la vida y de la muerte está en la lengua, cada vez que hablamos desatamos ese poder esa autoridad, entonces hagámoslo para dar bendición y no maldición, para impartir vida y no muerte. Que no seamos de ese tipo de mujeres que solo dicen algo, seamos de la casta de mujeres que siempre tienen algo que decir. Ese algo que la gente espera recibir de ti porque sabe que dejaras en tus palabras el poder y la autoridad de Dios allí.
Estoy consciente de que no es tarea fácil ejercitarnos en esto, sabiendo que vivimos inmersas en una sociedad tan contaminada espiritualmente, sin embargo toma para ti las palabras de fortaleza y redención, hazte fuerte en medio de las situaciones tentadoras. El Señor puede transformar nuestras costumbres y nuestros hábitos y más si tiene planes de bendición para nosotros. Hoy tenemos que entender que somos su herramienta y que nos ha preparado para usarnos, entonces dejemos que nos use con su mano de poder y que se note en nuestras vidas.
Finalmente se que estar en su presencia, y en sintonía con Su Santo Espíritu es el mejor producto de belleza, el hidratante anti arrugas perfecto. De hecho se que no hay ningún otro factor que te haga sentir tan viva, como saberte funcionando en las manos del Señor. Así que no dejes de hablar, no dejes de un lado las cualidades que como Mujer Dios te dio y Oremos pues para que podamos entender el propósito que el Señor tiene para cada una hoy, yo se que la oración cambia las cosas.
Espero tu mensaje y tus peticiones de oración, recuerda que si justo ahora faltan tus fuerzas, Diga el Débil Fuerte Soy!
Asi es, chicas y chicos, hablemos Bendición!
ResponderEliminarPara eso debemos llenarnos de todo lo que venga de Dios, porque es lo mejor que puedas tener. Acuerdate que nadie puede dar lo que no tiene, si estas vacio de Dios, no vas a poder hablar bendición.
Solo del Señor proviene la bendición, el resto del mundo lo que te ofrece es maldición y ruina. "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de el mana la vida" (Proverbios 4:23). Guarda tu corazón, tu fuente, tu ser en Dios y viviras una vida plena y abundante y podrás repartir a otros de la bendición que hay en ti.