12 diciembre 2011

Cómplices de Dios

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complices de Dios
Articulo Original: Pluma Encendida.
Conocen a Zaqueo? Su historia es particular. Jefe de los recaudadores de impuesto, repudiado por la sociedad por esa fama indestructible de corrupto público y con licencia para cobrar más de lo debido. Sin embargo, el bullicio lo contagia y algo ocurre, surge un deseo incontenible por ver a Jesús que pasaba por allí. Divisando de lejos un árbol sicomoro maquinó rápidamente su estrategia, corrió lo más que pudo y se adelantó a la multitud pensando: desde aquí podré verle, y probablemente él pueda verme a mí. 

Todos saben el resto de la historia, Jesús mirándole le dijo: Zaqueo baja de ahí, date prisa, es necesario que está noche cene en tu casa. 

En este pasaje hay tres personajes relevantes, de los cuales uno pasa desapercibido. Está Jesús, Zaqueo, y el árbol. Ese sicomoro que sirvió de tarima para que el pequeño Zaqueo pudiera ver a Jesús. 

05 diciembre 2011

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mirando a Dios
(Articulo original : Pluma Encendida)

El anciano profeta doblando su manto, golpea las aguas del río Jordán. De repente, lo que parecía un plano perfecto comienza a moverse. Dios abre nuevamente un sendero de tierra seca dividiendo las aguas del famoso río. Esta vez solo cruzarán dos personas. 

Los hombres comienzan a pasar. Elías parece tranquilo con lo que ocurre, ya está acostumbrado a vivir entre milagros. El joven Eliseo pareciera no poder contener su corazón dentro del pecho, está conmocionado observando las paredes de agua y mirando el suelo seco. 

Elías precisa hablar. Solo tiene tiempo para una clase más pero Eliseo está muy distraído para escuchar, y aprender. 

Cuando llegan al otro lado y mientras el Jordán vuelve a la normalidad, Elías dice a su joven aprendiz: 

– ¿Dime qué puedo hacer por ti antes de que Dios me lleve? 

Minutos de Paz en Familia con Dios