Conocen a Zaqueo? Su historia es particular. Jefe de los recaudadores de impuesto, repudiado por la sociedad por esa fama indestructible de corrupto público y con licencia para cobrar más de lo debido. Sin embargo, el bullicio lo contagia y algo ocurre, surge un deseo incontenible por ver a Jesús que pasaba por allí. Divisando de lejos un árbol sicomoro maquinó rápidamente su estrategia, corrió lo más que pudo y se adelantó a la multitud pensando: desde aquí podré verle, y probablemente él pueda verme a mí.
Todos saben el resto de la historia, Jesús mirándole le dijo: Zaqueo baja de ahí, date prisa, es necesario que está noche cene en tu casa.
En este pasaje hay tres personajes relevantes, de los cuales uno pasa desapercibido. Está Jesús, Zaqueo, y el árbol. Ese sicomoro que sirvió de tarima para que el pequeño Zaqueo pudiera ver a Jesús.